Enfermedad hepática
Las enfermedades hepáticas son cada vez más comunes, pero con diagnósticos tempranos y tratamientos adecuados, es posible mejorar la calidad de vida de los pacientes y aumentar las posibilidades de éxito en aquellos casos que requieran un trasplante. Más detalles a continuación.
Causas
- Infecciones virales (Hepatitis)
- Consumo excesivo de alcohol
- Acumulación de grasa en el hígado (esteatosis hepática)
- Uso o abuso de medicamentos y sustancias tóxicas
- Enfermedades hereditarias
- Enfermedades autoinmunes
- Exposición a toxinas o químicos
Algunos síntomas
- Ictericia: Color amarillo de la piel y de las mucosas, debido al aumento de la concentración de la bilirrubina en la sangre.
- Encefalopatía de origen hepático: Alteración neurológica secundaria a la enfermedad hepática, causada por la acumulación de ciertas toxinas a nivel cerebral.
- Hipertensión portal: Es el aumento de la presión del flujo sanguíneo al interior de la vena porta (vena que recibe el retorno sanguíneo desde el intestino, páncreas, bazo, estómago y lo direcciona hacia el hígado).
Diagnóstico de la enfermedad hepática
El diagnóstico de las enfermedades hepáticas se basa en la combinación de la historia clínica, análisis de laboratorio, estudios de imagen y, en algunos casos, biopsia, con el fin de identificar la causa del daño y evaluar el estado funcional del hígado.
Tratamiento de la enfermedad hepática
El tratamiento de las enfermedades hepáticas depende de su causa y gravedad, e incluye cambios en el estilo de vida, medicamentos específicos, control de complicaciones y, en casos avanzados, trasplante de hígado para restaurar su función.
Prevención de la enfermedad hepática
La prevención de las enfermedades hepáticas se basa en mantener hábitos saludables, evitar el consumo excesivo de alcohol y medicamentos, vacunarse contra la hepatitis, y adoptar una alimentación equilibrada y controles médicos regulares.
Nuestros especialistas en enfermedad hepática
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Complicaciones de la enfermedad hepática
Las enfermedades hepáticas pueden causar complicaciones graves como cirrosis, insuficiencia hepática, hipertensión portal, acumulación de líquido en el abdomen, encefalopatía hepática y cáncer de hígado.
- Cirrosis hepática: Es la formación de cicatrices permanentes en el hígado debido al daño crónico. Estas cicatrices impiden el funcionamiento normal del órgano y pueden conducir a insuficiencia hepática.
- Insuficiencia hepática: Ocurre cuando el hígado ya no puede realizar sus funciones vitales, como depurar toxinas, producir proteínas o regular el metabolismo. Puede ser aguda (rápida) o crónica (progresiva).
- Hipertensión portal: Es el aumento de la presión en las venas del hígado debido a la obstrucción del flujo sanguíneo. Provoca várices en el esófago o estómago y puede causar hemorragias internas graves.
- Ascitis: Consiste en la acumulación de líquido en el abdomen por el mal funcionamiento del hígado y la hipertensión portal. Genera hinchazón, dificultad para respirar y riesgo de infecciones.
- Encefalopatía hepática: Es una alteración del sistema nervioso causada por la acumulación de toxinas en la sangre que el hígado enfermo no logra eliminar. Produce confusión, somnolencia y, en casos severos, coma.