¿Qué tipo de ejercicios y actividad física pueden hacer los pacientes trasplantados?
La práctica de actividad física en pacientes que han recibido un trasplante de órgano resulta ser beneficioso para el mejoramiento de su calidad de vida. Incluso, comparado con la diálisis, estos tendrán mayor fuerza y resistencia para hacer sus actividades diarias. Es de resaltar que, con paciencia y disciplina, se puede ir elevando poco a poco la intensidad del entrenamiento.
Una vez el paciente se haya recuperado satisfactoriamente puede desarrollar un programa de ejercicios, tales como:
- Aeróbicos, caminar o trotar a distancias cortas no mayores a 30 minutos.
- Ciclismo o bicicleta estática.
- Abdominales para ayudar a mejorar la estabilidad y fuerza muscular.
También, es clave incluir algún deporte que genere bienestar, tanto físico como mental, logrando así un equilibrio que le permita al paciente llevar una vida lo más normal posible.
La disciplina deportiva queda a libre elección de la persona, sin embargo, se debe evitar practicar fútbol, básquet, boxeo, o cualquier otro ejercicio de contacto que pueda llegar a lastimar el órgano, desarrollando traumatismos.
¿En cuánto tiempo puede empezar a hacer ejercicio una persona trasplantada?
En promedio, los pacientes trasplantados pueden comenzar a desarrollar una actividad física a partir de las seis u ocho semanas después de haberles realizado el procedimiento quirúrgico.
Es prudente esperar este tiempo para que el cuerpo se pueda recuperar satisfactoriamente y haya cicatrizado la herida. Sin embargo, dado que todos los organismos son distintos, es aconsejable consultar al especialista tratante para que, según la condición del paciente y el tipo de trasplante que le hayan realizado, le recomiende el tiempo, la frecuencia y los ejercicios que más le convenga.
Efectos del ejercicio físico tras el trasplante
Al realizarse el trasplante de uno o varios órganos, el cuerpo queda en un estado de recuperación que con la ayuda de la actividad física se puede mejorar la condición psicológica y social. A su vez, se logra un efecto positivo en el sistema cardiovascular, pulmonar y locomotor.
Algunos de los riesgos que reduce la actividad física son:
- Desarrollar hipertensión o dislipidemia
- Enfermedades cardiovasculares
- Depresión y ansiedad
- Pérdida de masa muscular
- Osteoporosis avanzada
- Desarrollo de obesidad y diabetes
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la falta de actividad provoca más de dos millones de muertes al año, y los trasplantados están más expuesto a ello, por eso es recomendable que los pacientes tomen conciencia de que la mejor alternativa es realizar un programa de ejercicios que le permita a la persona mejorar su condición y calidad de vida.
A pesar de las investigaciones y datos arrojados que evidencian el resultado favorable que brindan los ejercicios físicos, las personas suelen recurrir al sedentarismo. Es por ello que el Ministerio de Salud de Colombia recomienda que para lograr estar físicamente activo realice actividades que disfrute y en las que se sienta confortable, involucre a su núcleo familiar y vaya avanzando paulatinamente.
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- Fuentes consultadas
- American Kidney Fund, La vida después de un trasplante. En: https://www.kidneyfund.org
- SUCRI, A. El deporte después de un trasplante. En: http://www.laprensa.com.
- Somos Nupa. El deporte, un aliado de las personas trasplantadas. En: http://www.somosnupa.org