Actividad física después de un trasplante renal: ¿sí o no?
El ejercicio físico es un componente fundamental en cuanto a la recuperación de una persona que se ha sometido a un trasplante de riñón, ya que con ello se adquieren muchos beneficios como son el mejoramiento de los síntomas, la eliminación de toxinas y la capacidad funcional para la realización de tareas cotidianas.
De igual manera, por medio de la actividad física se logra disminuir la glucosa en la sangre, presión arterial y la composición corporal. Incluso, puede resultar beneficioso para el bienestar emocional, el sueño y la autoestima. En consecuencia, la respuesta a si debe o no hacer ejercicio después de un trasplante de riñón es sí, pero con acompañamiento del médico tratante.
Es ideal que el entrenamiento sea personalizado dependiendo del estado de salud y necesidades de cada paciente, para así establecer la frecuencia, tipo de ejercicio, volumen, intensidad, entre otros. Tener una condición física estable contribuye a su vez a tener una óptima calidad de vida.
Aunque esta es una de las recomendaciones que dan los especialistas, muchos de los pacientes no son aplicados con esta sugerencia y poco a poco van disminuyendo la actividad física, cayendo en el sedentarismo.
Esto puede traer consigo ciertas complicaciones como es el empeoramiento del riñón trasplantado y diversas enfermedades asociadas al síndrome metabólico como son la hipertensión, obesidad, dislipidemia e hiperglicemia.
Los 3 ejercicios más recomendados después de un trasplante
- Una vez se haya recuperado de la cirugía y esté en buena condición física, puede empezar a realizar ejercicios gradualmente con una duración aproximada de 30 minutos, mientras el cuerpo se va adaptando al órgano que se ha trasplantado.Al momento de iniciar un programa de entrenamiento, es importante que al paciente lo evalúen, le asignen unos ejercicios personalizados y le hagan un seguimiento periódico. No obstante, los más recomendados para personas que se han tenido que someter a un trasplante de riñón son:
- Caminar
- Hacer abdominales
- Montar bicicleta estática
Además, se aconseja realizar una hidratación adecuada durante la rutina de ejercicios, es decir, consumir entre 1 y 1.5 litros de agua.
Los ejercicios que debe evitar un trasplantado
- A pesar de que se recomienda que el paciente esté ejercitándose constantemente luego de haberse sometido a un trasplante renal, hay que tener ciertos cuidados con los deportes de contacto que ponen en riesgo de sufrir un golpe significativo en el área donde está el riñón trasplantado o cualquier otro impacto que pueda repercutir en el proceso de recuperación. Algunos de estos son:
- Artes marciales
- Rugby
- Esquí
- En general todos aquellos deportes de contacto
Asimismo, hay que evitar realizar ejercicios que involucren grupos musculares pequeños, y aquellos que requieren realizar movimientos por encima de la cabeza.
La inactividad física y el reposo prolongado tienen un efecto negativo en las personas trasplantadas, incluso puede poner en riesgo la vida. Converse con su médico sobre las posibles alternativas que puede emplear para que la rutina de ejercicios sea motivadora y agradable.
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Fuentes consultadas:
Mayo Clinic, Trasplante de riñón
Kidney Fund, Una vida saludable después del trasplante